Querido A:
Antes de nada debo decirte que dios no existe.Se que es duro para tí, escuchar esto pero tarde o temprano tenía que suceder, debías enterarte.Así fué como pasaste la prueba de fuego de papá noel, ese gordo imaginario que todos los 24 de diciembre a medianoche, nadie sabe cómo, dejaba uno o varios regalos (me acuerdo ahora que no salías de tu asombro al escuchar a tu mamá o a tu papá descubriendo un paquete con tu nombre). A medida que fuiste creciendo nunca pusiste en duda ni cuestionaste el modo como esos paquetes llegaban al living de tu casa, envolturas y moños y un nombre escrito en ellos "A" y unos días después para completar la ilusión, tres reyes llegaban siguiendo los pasos de noel, pero estos ya eran mas complejos, andaban en camellos, casi en las antípodas de su hogar y te veías obligado a dejar comida y bebida que multiplicado por millones de niños como vos, provocaban el empacho de esos pobres animales. Los reyes eran mas importantes sin embargo, eran gentes avezadas y avizores, profesionales de las épocas en que seguían estrellas que caían del cielo y se veían obligados a llevar regalos a otro rey. De esto se trata A, ese rey de pronto se convirtió en dios y te dijeron que debías temerle, que él te vigilaría, te espiaría noche y día, no te dejaría vivir tu vida. Te contaron que este dios no permitía que te tocaras tu pene y vos lo tocabas igual y luego te arrepentías y se lo contabas a un espía del dios que te retaba y te mandaba a implorar perdón y pedías perdón y nunca te enteraste si te perdonaron, te quedó la impresión de que no, cuando te miraba tu mamá que, ahora lo sabes, también espiaba para el mismo dios y resulta que espiaban para nadie, nadie los mandó a espiar, solo te hacian infeliz sin que lo supieras, guiaban tus pasos por senderos que nadie quiere caminar y los pocos que lo hacen, viven tan aterrados como vos.
Querido A, no tengas miedo, dios no existe, podés hacer lo que quieras.
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