En la mañana de hoy, la presidente y su familia rumbearon para Santa Cruz, hogar hoy de la señora. Su esposo, reciente diputado electo va de visita, se sabe, su hogar es Buenos Aires, la provincia. Aprovechando el vuelo, Cristina Fernandez, dialoga con el comandante del avión y la aeromoza que la atiende. Esta la interioriza de los problemas sindicales del gremio de aeroviajantes y sugiere a la presidente que ya que está, proponga, además de la reforma de partidos políticos, una en el plano sindical que garantice la libre elección, la libre asociación, el libre albedrío y en líneas generales, todo lo que sea libre, aunque te engorde. El comandante del avión a su turno, llamado a dialogar, sugiere a la señora presidente dos o tres nombres para reemplazar al presidente de Aerolíneas Argentinas, impuesto por su interlocutora de que ya había nombrado a uno, el piloto insiste en que debiera ella nombrar alguien idóneo, apto, conocedor del tema aeronavegación, sobre todo comercial y en lo posible que no haya sido intendente. Preguntado sobre este último comentario, el comandante dice que le parece que los intendentes, sobre todo amigos del poder, manejan con descaro un presupuesto local y otro adosado vía obra pública. El silencio posterior se debe mas que nada a la proximidad del aterrizaje.
En el almuerzo la señora presidente tuvo la oportunidad de dialogar con el mozo que la sirvió, el sommelier que le acercó el vino, el cocinero que guisó el almuerzo y con sus hijos. Los gastronómicos, curiosamente, al igual que los otros asalariados le dialogaron sobre la necesidad de una reforma total al sistema de asociación y sindicación, la urgencia de una intervención a la CGT y pedido de una auditoría ademas de pedir la fiscalización de las cuentas particulares de los miembros de la directiva de la confederación y.. en este punto y siendo mas de las 15 horas la presidente sintió la necesidad de tomarse un decanso y pensó que mejor que hacer es prometer.
Mañana será otro día, se dijo y cerró su agenda. Para un día está bien, se alegró y sonriendo a siniestra, se fué.
Hasta Mañana
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