El feriado que arrancó el 9 de julio, se extiende, ora por la pandemia (lo que?), ora por el ocio. La presidente de los argentinos, encuadrada en algunos de los ora, viaja a Calafate a reflexionar y cargar baterías para la semana próxima y las demás porvenir. No es día para diálogos, se dice y entonces, casi sin hablar con su familia que la acompaña, toma un grueso volumen de la Historia del Mundo y se enfrasca en la lectura. Al mediodía, come frugalmente y hace una siesta reparadora del trajín y se promete no usarlos mas (la hacen demasiado hombruna, piensa). Luego de la siesta, una merienda con frutos regionales la ponen de buen humor y propensa al diálogo, busca con quien hacerlo. Su marido ha ido a jugar un torneo de bisca al club social, sus hijos no están cerca y entonces cae en la cuenta que es sábado, que mejor el lunes, aunque pensándolo bien, mañana puede encontrar gente para charlar, que mientras tanto va a leer y mucho y eclécticamente un pequeño tratado filosófico, una novela de ficción, un pequeño libro de autoayuda de Dale Carnegie y la última Hola. No hay mucho que hacer en este día y aquí en el medio de la casi nada, en su lugar en el mundo, en donde un puñado de snobs la votan en cadena y le hacen creer que la gente la quiere y la respeta. Se dice a sí misma que siendo mujer consigue un plus de respeto, se le cruza la imagen de Isabel (Perón, no sé si te suena) secuestrada por un montón de villanos, obligada a elegir entre el exilio o la prisión en su país y elige su país y la prisión, digna nuestra presidente a la que nunca se le ocurrió mendicar en su condición de mujer, no, ella era la esposa de Perón, la vicepresidente y la presidente de todos los argentinos en los aciagos días en que una sarta de imbéciles, esclarecidos idiotas arrogandose el derecho de pensar y actuar en nombre de todos nosotros que no los llamamos, pusieron a la gente que decían representar, en la peor de las dictaduras. Pasado el tiempo todos los que fuimos testigos y protagonistas, pasamos a formar parte del anonimato mas grande y perverso de la historia reciente de mi país: solamente tenes derecho s opinar si sos militar o ex guerrillero. Todos nosotros que hicimos posible terminar con el régimen de facto y vivir libremente, solo somos mudos testigos, no hicimos nada, ellos hicieron, nosotros tuvimos miedo, ellos no, nosotros tuvimos una presidente depuesta y presa, ellos no.
Hasta mañana
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